La revolución de Manny Ramírez ha arropado a la ciudad de Los Angeles y parece que marca los pasos para desarrollar un legado histórico que será recordado por décadas y décadas en el futuro de la franquicia del equipo más ganador de California.
Ramírez llegó en un cambio el año pasado a los Dodgers y desde entonces ha desarrollado una legión de seguidores que no tiene comparación.
Con su gran labor, de paso, Ramírez está dando pasos a convertirse en una leyenda de categoría mítica en el béisbol.
El caso más reciente lo produjo el pasado miércoles, cuando entró como emergente en el partido que no estaba supuesto a batear tras haber recibido un pelotazo en la mano izquierda la noche anterior.
La respuesta fue un cuadrangular con las bases llenas que todavía mantiene vibrando a una fanaticada ávida de ídolos en una época de esteroides en la que el mismo Ramírez se ha visto como consumidor, pero que ha logrado opacar con su carisma los bemoles que los mismos traen.
En Los Angeles todo el mundo quiere a Manny y Manny se comporta como si quisiera a todo el mundo de la misma manera.
Este año y a pesar de su suspensión por 50 partidos, tiene un total de 11 cuadrangulares y 37 remolcadas este año.
Su promedio de .348 en los 43 partidos que ha visto acción son una prueba de que el hombre es indetenible en el plato.
Hoy todos siguen a Manny y su nombre es equiparado con el de grandes figuras en la historia de la franquicia.
El jonrón del miércoles puso a muchos a pensar en el batazo conectado por KirK Gibson hace 21 años en el primer partido de la Serie Mundial contra los Atléticos de Oakland. Pero Manny es Manny, el pelotero más querido de todos.
Las claves
1. Más querido
La gente de Los Angeles se ha vuelto loca con la figura de Manny Ramírez desde que llegó al club.
2. Super talento
Ramírez tiene un promedio de .348 esta temporada en la que fue suspendido por 50 juegos.
3. Se impone
Ya nadie habla de esteroides.
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